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Las Industrias Creativas en Cuba

Foto Tomada del Perfil de Facebook del Grupo de Creación Artística CREANEX.

En medio de los desafíos estructurales de la economía cubana, un sector ha demostrado resiliencia, innovación y un crecimiento sostenido: las industrias creativas. Desde el diseño gráfico y la música hasta el audiovisual y la artesanía, los emprendedores privados están redefiniendo el panorama económico y cultural de la isla. Sin embargo, su potencial sigue estando limitado por regulaciones obsoletas, falta de acceso a financiamiento y una infraestructura digital insuficiente.

Foto Tomada del Perfil de Instagram de LA HOJA VERDE.

Según estudios recientes, las industrias creativas representan una de las áreas de mayor dinamismo dentro del cuentapropismo cubano. En ciudades como La Habana, Trinidad y Santiago de Cuba, han surgido estudios de diseño, productoras independientes, sellos musicales y espacios culturales que no solo generan empleo, sino que también contribuyen a la proyección internacional de la cultura cubana.

Las industrias creativas no son solo un sector más: son un puente entre la cultura y la economía, con un impacto multiplicador. Un estudio de la ONU estima que, en países en desarrollo, este sector puede contribuir hasta un 10% al PIB. En Cuba, donde el turismo es clave, la creatividad local (desde la música hasta el diseño artesanal) agrega valor a la experiencia del visitante y genera divisas.

Además, estas industrias tienen un bajo requerimiento de importaciones en comparación con otros sectores. Un diseñador o músico puede crear con talento y recursos limitados, lo que las convierte en una opción viable en un contexto de crisis económica.

En un país que históricamente ha exportado cultura, las industrias creativas privadas son una oportunidad desaprovechada. Para que este sector alcance su potencial, se requiere no solo el esfuerzo de los emprendedores, sino también políticas públicas visionarias que dejen de verlo como un «complemento» y lo reconozcan como un eje de desarrollo.

Mientras el debate sobre la reforma económica en Cuba continúa, las industrias creativas demuestran que el talento y la innovación pueden ser motores de cambio.