El Elevator Pitch: más que un discurso, un mindset

En el acelerado ecosistema empresarial actual, donde las oportunidades surgen y desaparecen en segundos, la capacidad de comunicar una idea de manera clara, convincente y en tiempo récord se ha convertido en un factor determinante para el éxito. Aquí es donde el elevator pitch (un discurso breve y persuasivo que sintetiza el valor de un proyecto en el tiempo que dura un viaje en ascensor) emerge no solo como una técnica útil, sino como una herramienta estratégica indispensable para emprendedores, startups y empresas consolidadas.

¿Por qué el Elevator Pitch es más relevante que nunca?

En un contexto global marcado por la saturación de información y la competencia feroz por captar la atención de inversores, clientes y socios, el elevator pitch ofrece ventajas críticas:

  1. Primeras impresiones que definen oportunidades
    Según un estudio de Harvard Business Review, el 60% de los inversores descartan propuestas empresariales en los primeros 30 segundos de exposición. Un pitch pulido —que responda a las preguntas ¿qué haces?, ¿por qué es relevante? y ¿qué te diferencia?— puede marcar la diferencia entre obtener financiamiento o pasar desapercibido.
  2. Eficiencia en la comunicación
    La economía del tiempo es un recurso escaso. Empresarios como Steve Jobs o Elon Musk han demostrado que la capacidad de transmitir una visión compleja en menos de 2 minutos es clave para movilizar equipos, atraer aliados y generar confianza. Ejemplo: La famosa frase de Jobs para lanzar el iPhone en 2007 —«Un iPod, un teléfono y un comunicador de internet… ¿Captan? No son tres dispositivos, ¡es uno solo!»— revolucionó la industria con un mensaje sencillo.
  3. Adaptabilidad a múltiples escenarios
    Un buen pitch no solo sirve para inversores. Es útil en:
  • Networking: Eventos sectoriales donde cada conversación es una puerta a nuevas colaboraciones.
  • Ventas: Clientes potenciales deciden en segundos si escucharte o no.
  • Medios de comunicación: Periodistas y divulgadores valoran claridad para destacar historias innovadoras.

Los errores que pueden costar caro

Sin embargo, muchos emprendedores subestiman el arte del pitch, cometiendo fallos como:

  • Enfoque en el producto, no en el problema: «Hacemos software de logística» vs. «Ayudamos a pymes a reducir un 30% sus costos de transporte».
  • Lenguaje técnico o ambiguo: Abusar de jerga especializada alecha a audiencias no expertas.
  • Falta de pasión: Si el emprendedor no transmite convicción, difícilmente inspirará a otros.

Cómo construir un pitch ganador

Expertos en emprendimiento recomiendan:

  1. Estructura básica:
  • Gancho inicial: Una frase impactante («Imagina reducir el desperdicio de alimentos en Cuba un 50%»).
  • Problema + solución: Datos concretos que justifiquen la necesidad de tu idea.
  • Modelo de negocio: ¿Cómo generas ingresos?
  • Llamado a la acción: «¿Te gustaría ser nuestro primer inversionista?».
  1. Práctica y feedback: Grabarse en video, testear con públicos diversos y ajustar según reacciones.
  2. Personalización: Adaptar el mensaje al interlocutor (un banquero quiere cifras; un posible cliente, beneficios tangibles).

Más que un discurso, un mindset

El elevator pitch no es un simple ejercicio de oratoria; es la materialización de la capacidad de una empresa para definir su esencia y valor único. En un mundo donde el tiempo es el recurso más democrático —todos tenemos 24 horas al día—, saber aprovechar esos 30 segundos dorados puede ser la línea que separa el crecimiento de la obsolescencia. Para Cuba, donde la innovación emerge en condiciones adversas, esta habilidad no es opcional: es el pasaporte para insertarse en la economía global.

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